El fracaso de la extraña sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo se daba por descontado, y muchos veían en ello el canto del cisne del candidato popular. De momento, el gallego ha sobrevivido al trance.Siga leyendo en Agenda Pública.
El desenlace de la estrategia de tensión política continua es una victoria electoral y una derrota parlamentaria, que no ha logrado disipar el empate entre las izquierdas y las derechas estatales que ya se dio en 2019.
La paradoja que ha mostrado la discusión del lunes es que Sánchez y Feijóo no representan posturas políticas tan dispares dentro de la creciente diversidad de nuestro panorama político.
El pacto entre PP y Vox alimenta la esperanza de derrotar a esa España plurilingüística y de identidades múltiples a la que a las derechas españolas siempre les ha costado representar.
Núñez Feijóo se planteaba estas elecciones como un primer paso a la Moncloa y un desafío de supervivencia frente a Isabel Díaz Ayuso. Podría haber conseguido lo segundo, pero no lo primero.
Para evitar quedar empantanado en el bullicio de esa disputa por el relato sobre las implicaciones del 28-M, y poder disponer de un mejor juicio al respecto, proponemos aquí diez criterios, a modo de parámetros que permitan valorar las tendencias políticas reales que puedan estar latiendo en el subsuelo electoral.
Local and regional electoral campaigns are not a simple reflect of national politics, because voters make their decisions according to local leaderships and governments’ performance. However, this electoral contest will also revolve around three national issues.
A las puertas de la campaña electoral del día 28, todos los partidos depositan sus esperanzas en que estos comicios apunten escenarios propicios para las elecciones generales que les seguirán. Y, con ello, quizá sobrecarguen las expectativas de lo que esta convocatoria de mayo puede dar de sí.
El proyecto que presentó Yolanda Díaz en Madrid actualiza el programa de una izquierda institucional y abandona el impulso populista de los orígenes de Podemos.
Cuando la oposición utiliza torpemente los instrumentos de control, suele ser en beneficio del Gobierno. Ni hay mayoría alternativa viable, ni la actual está agotada, pero cabe esperar un aumento de la tensión en los próximos meses.
La ruptura de la unidad de la mayoría de gobierno en la votación de la reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual será la peor crisis interna del ejecutivo de coalición cuando acabe esta legislatura. Pero probablemente ni anticipará la disolución de esta, ni tumbará la coalición, ni siquiera obstaculizará su reedición en el futuro, si los números así lo permiten y no dan más alternativa.
No debería extrañarnos que algunos ciudadanos, al encarar el calendario electoral de 2023, sientan cierta pereza ante lo que nos espera. Al acabar el año llevaremos acumulado ya un decenio de agitación política, dentro y fuera de España. Un periodo de cambios, innovaciones, decepciones… y ruido.
Abocados a un escenario de bloques impermeables, el papel del Constitucional va a resultar más decisivo… siempre que Sánchez o Feijóo se resignen a perder la iniciativa política antes que atreverse a pactar con sus adversarios.
La crisis política catalana surge de los problemas de Junts para dilucidar qué es, quién debe liderarla y cómo contrarrestar el ascenso de ERC. Son los dilemas que el pospujolismo no ha sabido responder desde que perdió la Generalitat a manos de la izquierda encabezada por Pasqual Maragall.
Tres claves que definirán el camino de aquí a las elecciones: el mantenimiento de la mayoría que sostiene al Gobierno, la reunificación electoral de la derecha y un contexto de inflación y crisis energética.